MÁRTIRES JESUITAS, al servicio del Oriente árabe (1975-1989)
por el P. Camille HECHAIMÉ, Dar el-Machreq

El P. Louis Dumas (1901-1975), francés

 

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Father Louis Dumas (1901-1975), French

“Id por todo el mundo y proclamad la Buena Nueva a toda la creación” (Marcos 16, 15). El fundador de la Compañía de Jesús comprendió esa orden de Cristo y la introdujo en un texto de las Constituciones que reza: “Nuestra Orden, al consagrase a su obediencia (o sea a la del Papa), como obedecería al Vicario de Jesucristo, sin expresar excusa alguna, lo hizo con la intención de enviar a religiosos a las tierras de los creyentes y los no creyentes, según vea la utilidad, para la mayor gloria de Dios y el mejor provecho de las almas. Nuestra Orden no quiso designar un lugar determinado, sino propagarse en todas las regiones y países del mundo entero.”

El P. Louis Dumas respondió a este llamamiento a servir en “el mundo entero” de una manera particular. De hecho, se trasladó del Oeste al Este y se acopló en el Líbano donde falleció mártir del deber.

Nació en Poitiers, en el centro de Francia, y entró en la Compañía de Jesús en 1918. Su formación espiritual y científica duró 19 años. En ella se profundizó en las matemáticas y la física y se ejercitó en varios artes prácticos e industrias como la música, la carpintería y la fotografía. Conoció el Oriente Próximo cuando enseñó la física dos años en el colegio jesuita de Beirut entre 1926 y 1928.

Después de esa larga formación, lo destinaron a China donde fue director de los dos observatorios astronómicos que los jesuitas dirigían en Zi-ka-wi y Zo-ce. Luego, fue decano de la Facultad de Ingeniería de la universidad jesuita, El Alba, y rector de la misma entre 1946 y 1950. Además de su labor administrativa y sus investigaciones científicas, fue consejero espiritual de varias religiosas, ya que tenía gran conocimiento y experiencia en el acompañamiento de las almas.

Cuando los comunistas controlaron el país a mediados del siglo XX, le quitaron la universidad El Alba a los jesuitas. Dos años más tarde los expulsaron del país. Sin embargo, como quien dice, las desgracias de unos hacen, a veces, la alegría de otros. Los jesuitas de la Universidad San José de Beirut recibieron a sus hermanos expulsados de China. El P. Dumas trabajó en su nueva universidad tal y como lo deseaba, y enseñó primero la física en la Facultad de Ingeniería (1952-1954). Luego, y hasta que falleció, estuvo enseñando en la Facultad de Medicina Humana y dirigiendo a la vez la Facultad de Odontología que él reorganizó y cuyo edificio hizo renovar (1969-1959). Gracias a su profundo conocimiento de las ciencias y todas sus ramificaciones, pudo acompañar a muchos doctorandos quienes siempre han apreciado su competencia, el valor de sus consejos y la devoción con la que les ayudaba.

¿De dónde sacó el P. Dumas la capacidad para llevar a cabo todas esas labores de esa forma tan destacada? La respuesta es su profunda vida espiritual. Sin bien tenía un aspecto físico rudo y era un hombre de pocas palabras, su corazón era todo amor y deseo de servir y dar. Este afán de servir lo llevó, cuando estalló la guerra libanesa, a ir todas las mañanas, y a pesar del peligro, a celebrar la misa en un convento de monjas cerca de su lugar de residencia en la Facultad de Medicina. Hasta que uno de los francotiradores que pertenecían a un partido ateo le tiró un balazo sin piedad alguna ni consideración a aquel viejo religioso apoyado en su bastón. Murió tirado del suelo en medio de la calle. Era la mañana del 25 de octubre de 1975.

Collège Notre-Dame de Jamhour, LIBAN
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