MÁRTIRES JESUITAS, al servicio del Oriente árabe (1975-1989)
por el P. Camille HECHAIMÉ, Dar el-Machreq

El P. Maurice Meigne (1905-1975), francés

 

[Return to the first page]

Father Maurice Meigne (1905-1975), French

 

Gracioso y afable de carácter, la providencia lo llevó a su último fin de una manera extraña y fuera de lo común.

Maurice nació en 1905 en Bizerte, Túnez, que en aquel entonces era protectorado francés. Se graduó del famoso Instituto Politécnico francés con el título de ingeniero marítimo. Sirvió a bordo de un submarino como oficial y recibió una distinción por su valentía en la batalla de Al Marsa Al Kabir en Argelia el 3 de julio de 1940. Cabe decir que en marzo del mismo había aprovechado un permiso para que lo ordenaran de sacerdote. Estaba en la Compañía de Jesús desde que tenía 25 años, o sea desde el año 1930.

Enseñó las matemáticas y las ciencias en varios institutos religiosos, sobre todo en la escuela de Santa Geneviève que preparaba a los estudiantes universitarios brillantes para que entrasen en lo que llaman en Francia “grandes escuelas” como el Instituto Politécnico del que hablamos más arriba. En 1957, obtuvo de la Sorbona el título de Doctor en Letras con una destacada tesis titulada: Investigaciones sobre una lógica del pensamiento creador en matemáticas. Recuerdo que en aquel entonces vivíamos juntos en el mismo convento y pudimos ver cuán difícil le resultó a la dirección de la universidad encontrar a los cinco miembros del tribunal que fuesen capaces de discutir aquella tesis. Uno de los miembros calificó el trabajo del P. Meigne “de apoyo sin parecido a muchos que investigan en campos de caminos rudos y riqueza inagotable.”

En 1965 los superiores de la Compañía lo enviaron a Beirut. Enseñó en la Facultad de Ingeniería de la universidad jesuita y desempeñó durante dos años el cargo de vicedecano. Sin embargo, ese erudito especializado en matemáticas y ciencias puras estaba apasionado también por las ciencias bíblicas y tenía un profundo conocimiento del Nuevo Testamento y de los Padres de la Iglesia. Por eso, escribió, en su tiempo libre, un libro de teología titulado: La Iglesia inventa sus estructuras, demostrando que la ciencia y la fe no son contradictorias sino complementarias.

Este hombre enciclopédico fue un ejemplo de modestia, amabilidad y dulzura. Vivir con él era un placer. Con él, todos se sentían a gusto.

El 30 de septiembre de 1975 estaba a bordo del avión procedente de Francia que estalló poco antes de aterrizar en el aeropuerto de Beirut hundiéndose en el mar con todos los pasajeros. Para los sabedores está casi seguro que aquel accidente formaba parte de la guerra que había estallado en el Líbano hacía ya cinco meses. Los que atacaron el avión pensaban que uno de los señores de la guerra estaba a bordo.

La segunda guerra mundial no pudo con el oficial de la armada en su submarino. Sin embargo, la guerra del Líbano lo asechaba y se lo llevó hasta el fondo del mar. Su cuerpo se ahogó pero su alma se elevó de nuevo hacia lo más alto del cielo.

Collège Notre-Dame de Jamhour, LIBAN
Bureau de Communication et de Publication © 1994-2008