[Album photos] [Présentation du dîner de Gala]
23 de Febrero de 2011
Cada vez es mayor la presencia y el éxito de nuestro país en el extranjero gracias a la gastronomía, a nuestros cocineros-estrella que se han convertido en una parte fundamental de la “marca” España. Y es que todos quieren saber cómo es posible que España haya pasado, en veinte años, del anonimato a la vanguardia universal.
Mi última experiencia ha sido en Beirut, Líbano, donde estuve hace unos días en una larga reunión (acompañado por el Embajador de España, Juan Carlos Gazo) con el Ministro de Turismo. La ocasión fue propicia para ponernos de acuerdo y para firmar un convenio de colaboración entre la Academia Libanesa de Gastronomía y la Real Academia de nuestro país. Asimismo, para sentar las bases de la participación del Líbano en la futura Academia de Gastronomía del Mediterráneo, que está promoviendo España.
Una cena de gala
También tuvo lugar una cena de gala, con carácter benéfico, que se celebra, anualmente, en el Colegio de los Jesuitas y que es uno de los eventos sociales más importantes de Beirut.
El artífice del menú fue un chef español. Nada más y nada menos que uno cuyo restaurante tiene tres soles en la Guía Repsol, tres estrellas en la Guía Michelin y que está considerado el cuarto del mundo en el ranking The World’s 50 Best Restaurants.
Se trata de El Celler de Can Roca, de los hermanos Roca. Concretamente, a Beirut vino Joan, el chef del restaurante (acompañado por cuatro de sus colaboradores). Pero la trayectoria del trío Roca no se queda ahí. Josep acaba de obtener el Premio de la Academia Internacional de Gastronomía al Mejor Sommelier del 2010 y el pequeño Jordi se ocupa de la repostería, los postres y es un auténtico genio de la cocina.
Joan Roca elaboró y sirvió platos perfectos, para más de 200 personas. En primer lugar, una ostra preparada y conservada, tal y como explicó en su reciente intervención en Madrid Fusión. Después, un plato de alcachofas y foie gras y, seguidamente, una langosta sobre puré de patata. Por último, otro de los platos estrella: una Oca a la Royale (para muchos, mejor que la famosa Liebre a la Royale). Para cerrar, una sinfonía de texturas y temperaturas de chocolate.
Para beber, también vinos españoles. En el aperitivo, un cava estupendo de Agustín Torelló. Después, una armonía fantástica con tres vinos del Marqués de Riscal: el blanco de Rueda, Verdejo 100%, del 2009 (uno de los mejores del mundo en relación calidad precio); el Marqués de Riscal Reserva 2005, que este año ha obtenido estupendas calificaciones en todas las Guías; y, para terminar, un auténtico prodigio de vino tinto, el Barón de Chirel 1995, que estaba joven, lleno de vida y extraordinario. Ideal para armonizar con la Oca.
La impronta de España
Un éxito más de España –en la teoría y en la práctica– que no deja de sorprender con su modelo de libertad, la calidad de la cocina y la profesionalidad de sus representantes.
También un gran acierto de Georges Husni, Presidente de la Academia Internacional de Gastronomía y principal impulsor de la cena, pues él cursó sus estudios en ese Colegio de los Jesuitas.
Y un gran éxito de la Embajada de España y de sus Embajadores, Juan Carlos Gazo y su esposa Cristina que, además de su intervención en la cena, hicieron posible que todo los asistentes escucháramos música española y nos deleitáramos con una exposición de pintura y de carteles. Sin olvidar el valioso aporte de Joumana Hobeika, coordinadora y organizadora del evento.
Un chef canadiense en Beirut
En Beirut pude descubrir un fantástico restaurante, Burgundy Wine Bar (www.burgundybeirut.com), que puso en marcha Ziad Mouawad, médico francés especialista en vinos, y el chef canadiense Brody White.
Además de una magnífica comida, probé un vino excepcional, traído en la maleta por Ziad Mouawad desde París el día anterior: un Guigal, un Côte-Rôtie, de Côtes du Rhône, La Mouline del Año 2007. Fantástico. Mejor que otro Guigal, La Turque del 2006, también excelente.